Fugaz
Yo te amaré hasta que la lluvia caiga. Hasta que llegue el próximo tren y me lleve por otros caminos. Hasta que la hoja seca se deshaga, yo te estaré amando. Hasta que venga el verano y tome para sí todos los cuerpos. Pues no puedo más que esto. A veces pienso: este amor lo inventamos para disfrazar nuestro vacío. Pero ya el tiempo no nos queda. Y la palabra cierta no está contigo. Cuando la flor esté muerta vamos a dudar que haya nacido. La verdad, amor mío, es que yo no amo a nadie y es sólo amor lo que respiro.
4 Comments:
Te respondo con otro poema que escribí un día, es posiblemente igual de ñoño, pero más corto:
¿Cómo decirle a ese ciego que le sienta bien el rojo?
¿Cómo ser su peluquero?
Cómo decir al amante
que las barreras de su amor son permeables.
Sí, somos ñoñitos. No iba a publicarlo, pero con la presión de "¿dónde está tu constancia?, ¿cuándo vas a publicar el próximo post?", pues sale esto. Intentaré no hacerlo más.
Que no hija, que está muy bien que escribas lo que sientes. A mí me parece de p.m.
Lo de la constancia, da lo mismo: mira a Varelowski, que tarda en poner sus posts pero merecen la pena
Ok, hijo, me has convencido. Joder, que fácil soy... Además, no tengo más nada que ofrecer.
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